MIS RAÍCES

Mi herencia peruana me conecta profundamente con una cultura rica y viva, donde la fibra de alpaca despierta recuerdos de mi infancia. Recuerdo esos días abrigada con chompas tejidas a mano, decoradas con diseños tradicionales, o usando guantes y gorros suaves hechos con fibra de alpaca o de llama. Para mí, esas prendas eran una conexión íntima con la naturaleza, con la tierra… y con mis raíces.

¿Pero quién me presentó el tesoro de los Andes? Mi abuela. Cada vez que la visitaba, siempre tenía un regalo para mí. Muchas veces, una prenda hecha con fibra de alpaca o de llama. Pero su generosidad iba más allá de lo material: me enseñó también palabras en quechua, el idioma ancestral del Perú. Por esa razón, cada prenda en mi colección lleva un nombre en quechua, es un pequeño homenaje a ella, y un lazo vivo entre mi historia y mis creaciones.

La fibra de alpaca no es solo una materia noble. En el Perú, representa mucho más: es sustento, es cultura, es respeto por la naturaleza. Es identidad. Las manos que la trabajan llevan generaciones transmitiendo saberes, y en cada hebra se entrelaza la historia de un pueblo entero. 

Es una fibra que refleja la complejidad y belleza de los Andes, su fuerza, su equilibrio y su alma.

Y por eso, para mí, lanzar una marca basada en esta fibra no es simplemente un proyecto: es una misión. Es honrar el conocimiento ancestral, defender prácticas sostenibles y éticas, y crear un puente entre quienes usan estas prendas y las tradiciones vivas del Perú.

Cada prenda cuenta una historia. Una danza entre pasado y presente. Entre la memoria de los abuelos y mundo moderno.

A través de Munay, el Perú, este país lleno de vida, resiliencia y magia, encuentra un nuevo hogar en el corazón de quienes eligen llevarlo consigo. No solo sobre la piel, sino dentro del alma.

Stella Enriquez

Fundadora de Munay